Conspiraciones, bitcoin y el Ártico navegable

Desde muy niño he sido muy de leer libros pero desde que existe Internet –y sobre todo la tarifa plana- cada vez más leo en el ordenador. No las novelas, que para mí siguen destinadas al negro sobre blanco del papel, pero sí sobre los temas de no-ficción que más me interesan como la ciencia, la Historia o la economía. Hay tanto en la red que me es inevitable traicionar a la industria editorial por artículos, blogs y revistas on-line de divulgación. La mayoría del mundo encuentra en Internet momentos de ocio pero es que a mi, además de juegos y videos, el acceso fácil y gratuito a contenidos culturales y científicos, en muchos casos además amenos, no deja de ser también una estupenda forma de ocio. Eso sí, por muchos años que uno lleve seleccionando autores y medios, en algo tan enorme siempre se cuela mucha morralla, desde falta de rigor a subjetividad pasando por las inevitables teorías de la conspiración.

En economía al menos, las teorías de la conspiración suelen ser defendidas por personas que creen que algo tan complejo puede ser controlado, algo con lo que no comulgo pero que es una opinión respetable; el problema es que jamás se aportan pruebas y a veces basta con hacer unos simples números para echarlas por tierra. Sin embargo, las hay que, se crean o no, invitan a la reflexión. Un ejemplo: ¿Por qué los bancos centrales, siempre tan celosos de su monopolio de creación de dinero, han dejado que “triunfe” el bitcoin y otras criptomonedas? Es una pregunta muy válida y he leído quien defiende que es un experimento de los propios bancos centrales porque les ayuda en su “objetivo final” del fin del dinero físico, en paralelo a esta teoría está quien defiende que si todas estas monedas virtuales tienen éxito, serán prohibidas y entonces aprovecharán la FED y cía. para sacar las suyas y hacerse con el mercado. Hay una variante que no ve este segundo paso, contempla simplemente que arruinen aposta a todos los inversores en criptomonedas para así acabar con ellas. Incluso hay quien relaciona todo esto con otra vieja teoría conspirativa: la de crear una única moneda virtual mundial por la que nos tengan a todos controlados. Esta es la que menos factible veo porque dudo que China, Japón, los EUA, la Eurozona, Rusia etc. quieran renunciar a su propia política monetaria.

El caso es que son hipótesis que conducen a la reflexión. Sin embargo, para mi las mejores teorías de la conspiración son las que no se enuncian sino que surgen al leer unos datos, más si proceden de unas fuentes serias. Resulta que en el administrador global de activos Guggenheim Partners se han pasado los últimos siete años estudiando el Ártico y los últimos tres acumulando una base de datos de 900 proyectos de infraestructura, algunos terminados, otros planeados, otros en proceso, y otros simplemente deseados. Estos son los más importantes:

Como podemos ver son de todo tipo y están implicadas grandes potencias. El motivo de todo esto es el deshielo del Ártico que abre de repente unas posibilidades económicas enormes a este bloque de hielo que hasta ahora tan poco juego había dado. Hidrocarburos que antes no eran accesibles pero sobre todo las nuevas posibilidades de transporte (la salida marítima hacia al norte podría impulsar muchísimo el comercio ruso, canadiense, noruego…) son la punta de lanza de una nueva realidad que, cómo no, también implica a China que es el país que más exporta del mundo. Incluso se ha escrito un libro sobre un mundo con el Ártico deshelado y su importancia para este país y la portada no puede ser más evidente:

Y ahora vamos a la reflexión -conspirativa o no- que es inevitable hacerse: ¿habiendo tanto dinero en juego, estando implicadas tantas potencias que ven beneficios económicos y geopolíticos en un Ártico navegable, realmente hay un interés real en acabar con el deshielo y con el calentamiento global que lo está provocando? Ahí lo dejo…

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